Aproximadamente un tercio de las obras presentadas a la convocatoria este año muestran un interés especial por la crítica y el compromiso social. Principalmente, estas obras basan su fuerza en la denuncia, la reivindicación, la visibilización de los conflictos que encarnan y la reflexión crítica. En este sentido, hay dos obras que dialogan perfectamente y, dato curioso, ambas carecen de título.

La primera presentada por Manuel Fernández. Me hace pensar en las generaciones milenial y Z y en su relación con las nuevas tecnologías. Aquí varios jóvenes se encuentran atrapados en una jaula de periquitos, que habla sobre el encierro, el control y la docilidad de la población.

Rápidamente mi mente me lleva a la música del grupo punk Biznaga que gritan una realidad mediatizada por pantallas, dispositivos, videovigilancia, geolocalización… https://biznaga.bandcamp.com/ Uno de sus temas, titulado Libertad Obligada, reza: “No es raro que esté agotado/ Siempre lo ves conectado. Por lo visto es su marca/ Sí, él mismo es su marca. Pensaba que se realizaba/ Pero solo se explotaba. Es así como funciona/ Es la libertad obligada.”

Manu me responde con un posible título para su obra que, dice, no tiene mucha más explicación: Condena digital. ¿Qué título le pondrías tú?

La otra obra en diálogo viene firmada por Yolanda Soria Sánchez, Vicente Juan Martínez y María Reig Brotons. Se trata de un audiovisual junto con una pieza escultórica que nos recuerda al juego de la Jenga en escala mayor a la habitual.Su propuesta trata, según ellos/as, “la muerte de George Floyd que tuvo lugar el pasado 25 de mayo de 2020 en un barrio de Mineápolis, Minnesota (EEUU), tras ser arrestado por cuatro policías locales.” Este reciente caso ha reavivado la histórica lucha antirracista estadounidense y ha movilizado a miles de personas de nuevo. Al ver la obra, nos surgen preguntas como ¿cuál es nuestra respuesta como sociedad ante los abusos de poder? ¿existe racismo en nuestro entorno? ¿hemos normalizado la discriminación a través de nuestra cultura visual?

Así, recordé una curiosa imagen que encontré de paseo por la ciudad, que me hizo pensar en cómo los diferentes referentes visuales de cada uno/a nos hacen ver la realidad. Esta foto fue tomada en el escaparate de una pastelería de Cádiz hace un año.


Al intercambiar esta imagen con las autoras/es, la respuesta fue visualmente elocuente y he de decir que muy bella.
Y a ti, ¿qué te sugiere?

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