Audioguía
1. Entrada

El Museo Valenciano del Juguete de Ibi se encuentra en las instalaciones que se conservan de la primera fábrica que se creó en la localidad.

Los primeros juguetes ibenses saldrían del taller de hojalatería de la familia Payá en el que, a finales del siglo XIX, ya fabricaban miniaturas de los objetos de uso doméstico que vendían por los mercadillos: cubos, tazas, regaderas… destinados a los juegos infantiles.

En 1905 Rafael Payá vendería el taller de hojalatería a sus hijos y se considera que a partir de entonces la fabricación de juguetes empieza a ganar terreno. La vitrina de madera de estilo modernista que se ve en el vestíbulo del museo, fue utilizada para exponer el muestrario de más de cien piezas que ya tenían en 1909. Esta vitrina fue construida por Luís Ferrando que trabajaba como tallista en Payá y que años después fundaría, junto a otros operarios, una nueva fábrica que, tras diversas denominaciones, adoptaría el nombre de “Juguetes y estuches”.

En las vitrinas situadas en la pared izquierda, encontramos una representación de los juguetes que se han fabricado en las diversas empresas que han existido en Ibi, porque Payá fue la primera pero no la única: Rico, Juguetes y Estuches y Claudio Reig le seguirían iniciando su andadura a lo largo del primer tercio del siglo XX. Tras el paréntesis de la Guerra civil y a pesar de las dificultades, en los años cuarenta surgirían nuevas empresas, aunque el gran despegue de la industria juguetera en Ibi se produciría a partir de los años 50, época en la que se introdujo el plástico. En 1970 se contaba con más de setenta fábricas dedicadas al juguete.

2. MUNDO NATURAL

En los fondos del museo conservamos juguetes de diversa procedencia, fabricados tanto en Ibi como en otros lugares de España y del mundo, parte de los cuales conviven en nuestra sala permanente.

Predominan los fabricados con hojalata, pero también hay de otros materiales, todos ellos organizados por temas que a su vez se han acotado por colores. Las primeras vitrinas que encontramos, sobre el color verde, están dedicadas al Mundo natural y rural con toda clase de animales, tractores, carros… entre ellos la tartana, vehículo muy común en su época y que, como juguete, ha llegado a convertirse en todo un símbolo en Ibi debido a que, en el primer catálogo que se editó en la localidad, aparecía un modelo de tartana con el número 1 como referencia.

En la vitrina que ocupa la pared, podemos conocer el proceso de fabricación de los juguetes de hojalata. Primeramente, se creaba un prototipo a escala real, generalmente con madera, sobre el que se aplicaban láminas metálicas finas para sacar lo que serían los patrones y así poder fabricar las matrices con las que después se cortarían y doblarían las diferentes piezas del juguete que finalmente se montaba a mano.

3. AVIONES Y BARCOS

Continuamos con la zona azul de los aviones y barcos, el cielo y el agua.

Estos juguetes solían disponer de ruedas para moverlos de forma manual o con ayuda de mecanismos. Aunque había barcos, como el que vemos en la primera vitrina fabricado con madera y con la vela de tela, que podían navegar. Es un patín a vela de 1952 de la empresa Gozán de Ibi

Los mecanismos de los juguetes se irán sofisticando poco a poco, como el helicóptero de la marca alemana Arnold, fabricado en los años 50, que lleva un cable incorporado unido a una cajita, que no es otra cosa que un mando a distancia.

Desde el ventanal, se puede ver una parte de la antigua fábrica que todavía se conserva intacta. En concreto la llamada “Nave del engafe” donde estaba la cadena de montaje de los juguetes. El nombre deriva de las pequeñas pestañas que tenían las piezas de hojalata alrededor, llamadas “gafas”, y que se doblaban para montar el juguete, proceso que recibía el nombre de “engafe.”

4. TRENES

La zona de los trenes la identificamos con el color rojo que rememora el fuego de las calderas de los trenes reales.

Los primeros trenes de juguete eran pequeños y sencillos y se movían empujándolos por el suelo. Es el caso de los que vemos en la vitrina de la derecha. Algunos fabricantes comercializaban el mismo tren en diferentes versiones como el que está dentro de su caja con cuatro vagones y que tiene al lado otro igual pero más largo, sólo cambia la cantidad de vagones. Esto lo hacían para facilitar su venta, cuantos menos vagones, más económico era. Con el tiempo, se les incorporaron mecanismos de cuerda y después eléctricos. En la vitrina central tenemos uno de los primeros trenes eléctricos fabricado en España y que se hizo aquí en Ibi en 1931, se trata de la máquina con la referencia 984 de Payá. Los trenes de esta vitrina están fabricados en la llamada escala 0

El tren era un juguete que pocos podían disfrutar porque era especialmente caro, pero cuando en los años 60 el nivel de vida empieza a mejorar, el problema pasa a ser que la mayoría de las casas no eran muy grandes lo que complicaba tener una maqueta de tren. Es por ello que se generaliza la utilización de escalas más pequeñas como la H0, con la que están fabricados parte de los vagones de la vitrina de la izquierda.

5. EL HOGAR

En la zona del hogar rememoramos la vida cotidiana. Encontramos planchas de carbón, cocinas económicas, neveras o muebles similares a los que había en las casas de nuestros abuelos junto a versiones algo más modernas como cocinas de butano o lavadoras súper automáticas.

En la pared, una vitrina de muñecas y muñecos de diferentes materiales como el cartón con el que había que evitar el agua para no quedarte sin juguete; una muñeca alemana de 1909 fabricada con celuloide, una pequeña muñeca de terracota y, por continuar con materiales diferentes, dos muñecas de fieltro, una de ellas con un perrito, ambas de la empresa valenciana Muñecas Layna. También recordamos los muñecos y muñecas de plástico que marcaron toda una época como el Geyperman, la Nancy fabricada por Famosa, la Sindy de muñecas Florido y la Lissi fabricada en Ibi por la empresa Guillem y Vicedo.

6. LA CIUDAD

Recorriendo la Ciudad encontraremos personajes diversos, desde un niño perseguido por un perro, una pareja de baile, payasos de circo o un cartero junto a toda clase de vehículos habituales en las ciudades como coches de bomberos, policías, ambulancias, tranvías e incluso un camión de la basura.

En la vitrina de la pared hemos reunido instrumentos musicales: un organillo de madera, tambores, trompetas o la combinación de ambos, una trompeta-tambor y junto a ellos un proyector de cine. En los antiguos proyectores de cine de juguete las películas eran de papel vegetal sobre el que se dibujaban las historias en dos filas, con pequeñas variaciones en las imágenes de una fila a la otra. Al proyectar la película se alternaba la franja superior y la inferior dando la sensación de movimiento.  En Ibi, la fábrica Payá junto a la de Claudio Reig inventaron en 1934 este “cine sonoro Rai” cuyas películas además tenían unos orificios que no eran otra cosa que la “banda sonora”

7. LA VELOCIDAD

En la última parte de la exposición permanente, encontramos reproducciones de vehículos reales y otros sacados de películas, como un coche con alas. La fama de los personajes de todas las épocas se ha visto reflejada también en los juguetes. Es el caso de una bailarina de principios del siglo XX, Isadora Duncan, que aparece representada conduciendo el coche de carreras de color plata, con el número 63, fabricado por la empresa Sanjuán y Cía.

Por su tamaño, destaca el gran coche a pedales para ser conducido por un niño, el coche “Veterano”, fabricado por la empresa ibense INJUSA en 1960 y, junto a él, un coche de la marca Hispano Suiza fabricado por Rico en 1934, que en su momento fue el vehículo más grande fabricado en hojalata.

En la vitrina dedicada a las motocicletas, podemos imaginar las carreras que ya en 1932 se harían con el juego de motos Velocette de la fábrica Picó. Junto a éste vemos motos de diferentes materiales y épocas, como las de las fábricas ibenses Juguetes Sanchis, Román y Guiloy.

En el espacio de la pared, descubrimos una caja de construcción con la que se podían montar varios modelos de automóviles combinando las piezas, acompañada de varios coches modernos, como el Tiburón Citroën Payá o el Mercedes de Rico y un coche de película “El coche del Santo” personaje de una serie de la época, fabricado por Palau en 1967

Todos estos juguetes expuestos de forma permanente son una parte de nuestros fondos. El resto se van mostrando a través de las exposiciones temporales que se realizan en el museo durante todo el año.